Sus orígenes se remontan al siglo XII, como resultado de la necesidad de crear una línea de defensa a lo largo del Tajo para proteger la que era entonces capital del Reino de Portugal, Coímbra. En aquel entonces el rey Alfonso I de Portugal entregó a la Orden del Temple el Castillo de Cera, en la región de Santarém con este propósito.
El castillo de Tomar se encuentran en la pequeña ciudad portuguesa de Tomar en la región de Santarem. Este majestuoso conjunto monumental perteneció a la Orden de los Pobres Caballeros de Cristo y del Templo de Salomón más conocida como la Orden del Temple.