Como bien recoge el itinerario señalizado, gracias al paso de vetones, romanos, musulmanes y cristianos por Ledesma, se pueden visitar durante el recorrido numerosos bienes culturales. A destacar un vetusto menhir junto al río, el monumento más antiguo de la localidad, y un desgastado verraco de piedra heredado del antiguo castro vetón que existió en la localidad antes de la llegada de los romanos. Estos últimos llamaron Blestia al antiguo castro vetón, antes de pasar a ser Ledesma finalmente.
Ledesma es una villa para ser descubierta paseando, para perderse por su coqueto entramado medieval, perfectamente señalizado, e ir encontrándose con su historia paso a paso y calle a calle. Es decir, es un pueblo estupendo para gastar suelas. Existe un detallado itinerario turístico que, a través de una ruta circular por el centro histórico, acerca al viajero a cada uno de los principales puntos de interés de la localidad. Incluyendo el Centro de Interpretación de la historia de Ledesma.