Los ratones, predadores de dichos gusanos, se convirtieron en una peste y los residentes comenzaron a llevar gatos para deshacerse de ellos. Los felinos se multiplicaron de tal forma que los isleños decidieron convertirlos en atracción turística en lugar de exterminarlos.
Es conocida como “la isla de los gatos” porque existen en ella 6 felinos por cada residente humano. La principal actividad de la isla era la pesca, pero hubo una época en que se desarrolló la cría de gusanos de seda.