El rey Alfonso V “El Magnánimo” regresaba hacia sus dominios de Aragón por mar tras una exitosa campaña con la que había refrendado su poder en Sicilia, Cerdeña y Córcega, además de abrir una vía casi definitiva para su posterior acceso al reino de Nápoles frente a las aspiraciones del francés Luis de Anjou.
En la travesía de retorno, por las costas continentales, Alfonso organizó un ataque a Marsella, fortaleza de su gran rival al trono napolitano, entonces con débiles fuerzas defensivas por haber sido enviadas al lugar del conflicto en el sur de Italia.
Sin embargo, la ciudad medieval de Marsella tenía una fuerte infraestructura defensiva: estaba rodeada de una notable muralla que la envolvía por todas partes excepto por la rivera superior del puerto viejo constituido por un profundo estuario cerrado por una estrecha bocana donde, en cada lado de la misma, se situaban bastiones encastillados, además de que dos trozos de una gran cadena impedía el acceso por mar.
El 20 de noviembre de 1423 toda la flota aragonesa se reunió en una isla del archipiélago de Frioul, llamada Pomègues. El asedio comenzó sobre uno de los dos fuertes señalados: la torre de Maubert. La táctica...
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