Elevador de barcos de Fontinettes, Arques (Francia)
El elevador de barcos de Fontinettes (en francés: Ascenseur des Fontinettes o Ascenseur à bateaux des Fontinettes se construyó en 1888 en el Canal de Neufossé y conectaba el río Aa y el canal de Neuffossé en Arques , cerca de Saint-Omer en el Pas-des Calais
Desde la Edad Media, el canal Aa conectaba a Gravelines con Saint-Omer. De 1753 a 1774, se perfora el canal de Neuffossé. Se conecta con Aire-sur-la-Lys con fines defensivos y económicos a través del enlace con Lille desde 1825. La ruta pasa por Arques, donde, para subir la pendiente del valle del Aa, debe cruzar una pendiente. A partir de 13 metros.
Primero se instaló un juego de glosario cerraduras. 5 candados superpuestos. ¡Pero el crecimiento del tráfico provocó expectativas de 5 a 6 días o 100 barcos! Para remediar esto, se decide la construcción de una máquina elevadora. En 1878, se envió una misión para descubrir la de Anderton en Inglaterra, llevada a cabo 3 años antes. Su diseñador, el ingeniero Edwin Clarck, fue utilizado para... Leer más ...
Esta es la ubicación de la Hacienda San José, la casa de Bertín Osborne en Sevilla, la que tanto sale en sus entrevistas del programa "En tu casa o en la mía". Sí, la de la parra.
Ademas tenemos la suerte de que el edificio esta en 3D y con muy buena resolución.
Está enclavada en una finca de 48 hectáreas, a apenas unos 20 minutos de Sevilla y está en venta.
Es curioso, hoy el tema mas leido del foro ha sido este de la casa de Jesulin... supongo que tiene que ver con que le haya entrevistado hoy Bertín Osborne, precisamente en su casa.
El invento del Aerotrén debido al ingeniero francés, Jean Bertin consistía en inyectar aire bajo la estructura del tren, para hacer que se elevara sobre su sistema conductor que no era sino una vía en forma de “T” invertida construida en hormigón. Para la propulsión se acudía a potentes motores primero con hélices y después con turbinas.
A finales de 1967, un vehículo de este tipo logró surcar la “T” de hormigón a casi 350 kilómetros por hora, una línea de pruebas con casi siete kilómetros de longitud en Gometz-le-Châtel.
A pesar de la ilusión despertada, la financiación para despegar del todo con esta tecnología no llegó, su inventor falleció en el año 75 y todo se olvidó. La SNCF, o ferrocarriles franceses, decidió apostar por otra tecnología, con lo que se dio paso a los trenes de alta velocidad TGV. En el 1974 se dio carpetazo al Aerotrén.
Hoy día, lo que queda de los prototipos es prácticamente chatarra. Muchos kilómetros de la vía de hormigón se derribaron, pero aún quedan algunos vestigios en ruinas de esta obra como testimonio de algo que no pudo desarrollarse.