La moderna Jericó se alza junto a la colina de Tel A-Sultan, donde los arqueólogos han hallado restos de más de 10.000 años que le confieren el título de ciudad habitada más antigua del mundo.
Así lo proclama también un gran letrero en el centro urbano y cualquiera de los 40.000 habitantes de un municipio que, según algunas teorías, debe su nombre a la luna ("ariha" en árabe y "yerijó" en hebreo).
Jericó, la ciudad habitada más antigua del mundo, ha comenzado a celebrar sus primeros 10.000 años de existencia en pleno apogeo turístico y la esperanza de ser reconocida como Patrimonio de la Humanidad.